sábado, 9 de noviembre de 2013

Decisiones importantes


Cumpleaños en noviembre


Culpable o inocente


Gatitos danzarines

Saltando la Comba


¿Te apetece saltar a la comba? Seguro que de niño lo hacías de vez en cuando, pero hay quien no ha dejado de practicarlo, y esta chica se ha convertido en toda una experta…
Desde Budapest, grabado por Devin Supertramp, Adrienn Banhegyi, que ha trabajado en el Circo del sol y tiene dos records del mundo de salto de cuerda:

Cumpleaños feliz


Luego dicen que los daneses son gente seca y fria. Mirad como felicitan el cumpleaños a este conductor de autobus:

Otra foto con mala leche


Efecto óptico


Noto frescor


Milagro



El Paquirrín chino


Tatuadores infernales


Nadie nace racista


Cuarto milenio


Pelo papas


¿Móvil del crimen?


Reconocer los errores


Por qué se usa x, y o z en las ecuaciones


En 1637 René Descartes publicaba El discurso del método y como parte de esta obra había una sección denominada Geometría. En este apartado, como supondrán por el título y podrán comprobar si le echan un vistazo a la obra, las ecuaciones matemáticas son una constante y eso conllevó algún problema a los impresores. Ya saben ustedes que en aquel tiempo, y creo que aún se hace así en algunos casos, se componían los libros colocando las letras tipográficas, con su relieve, en filas que formaban las palabras y estas las líneas y estas al final las páginas.

Debido a las ecuaciones, los impresores comenzaron a sufrir la escasez de algunas letras. Es decir, la letra a, por ejemplo, se usaba en el texto normal y además en las ecuaciones, donde se repetía continuamente, lo que provocaba que escasearan las letras a en los cajones del impresor para componer las páginas. Así, preguntaron a Descartes si era necesario usar la a, y otras similares, o si en cambio en las ecuaciones podían usar cualquier letra.




Descartes respondió que en las ecuaciones las letras no son más que símbolos y que lo mismo da usar la letra a o b que cualquier otra. Y entonces el impresor comenzó a usar las letras menos usadas en el idioma original del libro, el francés. Y ahí aparecieron las letras xy y z como las clásicas letras para representar las incógnitas en las ecuaciones.

Como decía al comienzo, de aquella sencilla decisión de un impresor, muy lógica por otra parte, proviene el que todos los que hayamos estudiado matemáticas hayamos usado esas letras x e y como comodines e incógnitas, aunque como bien dijo Descartes, lo mismo da una letra que otra.

Por cierto, conviene aclarar que esta es una teoría, extendida y con visos de realidad, pero que no deja de ser una teoría en la que nada asegura cien por cien que ese sea el motivo real.


Fuente: Curistoria

Con la familia, remontar es posible

Dedicado a todas la madres y padres en paro, abuelos, hijos... que están luchando por sacar a su familia adelante. 
Vídeo realizado por la asociación Hirukide, en el que se muestra por qué nuestra sociedad no se ha hundido del todo en esta crisis. Las familias son las protagonistas y gracias a ellas y a la generosidad de millones de personas, la remontada es posible.

Dedicated to all unemployed parents, grandparents, children... who are fighting to get their families ahead. 
This video was made by Hirukide asociation. It shows why society has not completely sunk in this crisis. Families are the protagonists and, because of them and the generosity of millions of people, the overcoming is posible.

Familia aurrera ateratzeko borrokan ari diren eta langabezian dauden ama eta aita guztiei, aitona-amonei, seme-alabei...
Hirukide elkarteak eginiko bideoa; bertan erakusten da zergatik gure gizartea ez den guztiz hondoratu krisialdi honetan. Familiak dira protagonista, eta horiei esker eta beste milioika pertsonaren eskuzabaltasunari esker, posible da emaitza iraultzea.


Experimento cientifico

Observa los ojos del perro:
Cuando está la mujer conduciendo y cuando está con el hombre.

¡Que no se me cabree ninguna fémina , por que es solamente una coincidencia 
perruna y solo para personas con sentido del humor !.



El extraño

Unos cuantos años después que yo naciera, mi padre conoció a un extraño, recién llegado a nuestra pequeña población. Desde el principio, mi padre quedó fascinado con este encantador personaje, y enseguida lo invitó a que viviera con nuestra familia.

El extraño aceptó y desde entonces ha estado con nosotros.
Mientras yo crecía, nunca pregunté su lugar en mi familia; en mi mente joven ya tenía un lugar muy especial.

Mis padres eran instructores complementarios:

Mi mamá me enseñó lo que era bueno y lo que era malo y mi papá me enseñó a obedecer.
Pero el extraño era nuestro narrador.
Nos mantenía hechizados por horas con aventuras, misterios y comedias.
El siempre tenía respuestas para cualquier cosa que quisiéramos saber de política, historia o ciencia.


¡Conocía todo lo del pasado, del presente y hasta podía predecir el futuro!

Llevó a mi familia al primer partido de fútbol.

Me hacia reír, y me hacía llorar.

El extraño nunca paraba de hablar, pero a mi padre no le importaba.

A veces, mi mamá se levantaba temprano y callada, mientras que el resto de nosotros estábamos pendientes para escuchar lo que tenía que decir, pero ella se iba a la cocina para tener paz y tranquilidad.
(Ahora me pregunto si ella habra rogado alguna vez, para que el extraño se fuera.)

Mi padre dirigió nuestro hogar con ciertas convicciones morales, pero el extraño nunca se sentía obligado para honrarlas. Las blasfemias, las malas palabras, por ejemplo, no se permitían en nuestra casa… Ni por parte de nosotros, ni de nuestros amigos o de cualquiera que nos visitase. Sin embargo, nuestro visitante de largo plazo, lograba sin
problemas usar su lenguaje inapropiado que a veces quemaba mis oídos y que hacia que papá se retorciera y mi madre se ruborizara.

Mi papá nunca nos dio permiso para tomar alcohol. Pero el extraño nos animó a intentarlo y a hacerlo regularmente.

Hizo que los cigarrillos parecieran frescos e inofensivos, y que los cigarros y las pipas se vieran distinguidas.

Hablaba libremente (quizás demasiado) sobre sexo. Sus comentarios eran a veces evidentes, otras sugestivos, y generalmente vergonzosos.


Ahora sé que mis conceptos sobre relaciones fueron influenciados fuertemente durante mi adolescencia por el extraño.

Repetidas veces lo criticaron, mas nunca hizo caso a los valores de mis padres, aun así, permanecio en nuestro hogar.

Han pasado más de cincuenta años desde que el extraño se mudó con nuestra familia. Desde entonces ha cambiado mucho; ya no es tan fascinante como era al principio.

No obstante, si hoy usted pudiera entrar en la guarida de mis padres, todavía lo encontraría sentado en su esquina, esperando por si alguien quiere escuchar sus charlas o dedicar su tiempo libre a hacerle compañía...¿Su nombre?

Nosotros lo llamamos Televisor...

¡Ahora tiene una esposa que se llama Ordenador y un hijo que se llama Teléfono Móvil! con el agravante que el nieto pinta ser el peor de todos: El smartphone.