viernes, 20 de diciembre de 2013

Estar en Babia

Se dice que está en Babia aquel que se encuentra distraído, embobado en sus pensamientos y ajeno a lo que se dice o trata en su derredor y también del que se halla en un estado de suspensión psicológica en el que todo lo ajeno le resulta muy ajeno.
Sobre el origen de la frase hecha se manejan dos versiones. La primera haría referencia a una corrupción lingüística de baba, en alusión a lo lunáticos y bobos a los que la saliva espesa solía caérsele a borbotones por las comisuras de los labios. La segunda, más plausible y digna de mayor crédito por parte de lingüistas y estudiosos refraneros, pone el acento en la comarca leonesa de Babia que en su norte limita con cuatro concejos asturianos. Parece ser que su buena situación, la belleza de su paisaje, la abundancia de caza y la pacífica nobleza de sus gentes movió a los reyes leoneses a elegirla como lugar privilegiado para sus reposos veraniegos; predilección en la que, por otra parte, ya habían sido precedidos por las ovejas trashumantes. Cuando algún noble poco informado preguntaba por el monarca al servicio de guardia en la corte y éste respondía que hallábase en Babia, el interpelante daba por hecho que su graciosa o no tan graciosa majestad no estaba para nada ni quería saber cosa alguna que pudiera alterar su estado de stand by o como quiera que se dijera en astur-leonés.

Babia y paraíso del dolce far niente pasaron a ser sinónimos y el uso fraseológico se fue extendiendo hasta llegar a la acepción que hoy nos es más familiar. Lo cierto es que en la comarca, además de la belleza natural y la riqueza floro-faunística que desde 2004 le ha supuesto la consideración UNESCO de reserva natural de la biosfera, hay una gastronomía que predispone y mucho al nirvana de cristiano viejo. La coquinaria babiana o babieca es sobre todo de cuchara, producto y potencia. Las tradicionales ollas, de lenteja babiana, garbanzo o arvejo, que es guisante seco, se han sublimado en el cocido montañés de garbanzos, puerro, cecina, chorizo, carne de vaca, tocino y morcilla, mientras que la carne de oveja merina se convierte en caldereta, frite, lechazo al horno o chanfaina, a base esta última de migas, sangre y menudillos de cordero. Los ríos dejan alguna trucha y en los bosques que cercan el pastizal se refugia la exquisita seta de san Jorge, pero llegados a la carne-carne, además de la singular riqueza de embutidos con la cecina a la cabeza, brilla con luz propia el filetón de potro o caballo hispano-bretón. Para las meriendas, merendillas y merendolas, bollo baviano, que es hogaza de pan preñada de jamón, lacón, chorizo, morcilla y lomo, y los frisuelos acompañados de humeante chocolate a la taza. En el capítulo de postres y goloseos, sequillos, jenaritos y la colosal tarta babiana, regado todo ello con licor artesanal de arándanos, guindas o endrinos… y claro, así se queda en Babia el ánimo más templado.

El Dalai Lama dijo: "El medio para hacer cambiar de opinión es el afecto, no la ira"

Navidades olímpicas


El recibo de la luz subirá más de un 11% en enero



Seguratas al poder


Broma del árbol de Navidad

Dilema moral


Chuck Norris superando a Van Damme


Chuck Norris no le da miedo nada, y mucho menos un inocente anuncio en el que Van Damme se abre de patas para mantenerse entre dos camiones Volvo. Por eso ha decidido hacer su propia versión, mucho más trabajada y arriesgada. La productora de vídeo Delov Digital ha sido la encargada de felicitarnos las fiestas con el veterano actor estadounidense como protagonista.


Extraño disco de hielo

Estremecedor salto en paracaídas


Vídeo que recoge el espeluznante salto de Thayer Healy. Un salto BASE en el acantilado conocido como "Wall Street" en la Ruta Estatal 279 o 'carretera de la potasa', cerca de la ciudad de Moaben Utah.



Al abrirse el paracaídas, este giró 180 grados en la dirección equivocada de tal forma que envió a Thayer directamente contra el muro, sufriendo un terrible golpe que le dejó inconsciente.

La descripción del parte médico lo dice todo:

Fractura de la vértebra torácica T12, 5 puntos de sutura en el ojo, 6 puntos en la barbilla, grave esguince de espalda, muñeca y mano y múltiples áreas magulladas.

Al día siguiente en su página de Facebook, el propio Thayer Healy agradecía a los que le llevaron al hospital y comentaba la suerte que había tenido. En esa misma zona el día anterior Daniel Moore también paracaidista, había fallecido, y hacia un mes que Ammon McNeely había sufrido otro grave accidente.

Veinticuatro horas después de su ingreso hospitalario Thayer volvió a escribir que recibía el alta médica.

Final feliz