viernes, 14 de febrero de 2014

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El chiste (burro) del día


Reíros, pero cualquier día de estos lo prohíbe....


Tango

¡¡Ay pillín!!

Nueva técnica para el transporte de órganos vivos

Tras el desarrollo de los inmunosupresores, el trasplante de órganos se tornó una práctica viable, siendo esta una de las mayores contribuciones de la ciencia médica a la humanidad. Desgraciadamente, por razones que van desde el propio egoísmo hasta creencias obsoletas de la Edad de Hierro, millones de órganos perfectamente útiles son totalmente desperdiciados.
Pulmones como el de la imagen superior se convierten en un festín para los gusanos o se transforman en carbono con el único fin de irritar el colón de Al Gore. Según el Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) a la fecha se tiene una lista de espera de 17,786 pacientes esperando un riñón, cornea, hígado y corazón principalmente. Los Estados Unidos superan la cifra por mucho con más de 121 mil pacientes tan sólo esperando por un pulmón. Entre enero y noviembre de 2013 en el país vecino se realizaron un total de 26,514 trasplantes. La lista de donantes en este mismo período fue de apenas 12,991.
Tan solo 13 mil donadores. En 2010 en los Estados Unidos murieron 2,468,435 personas. Por lo que si esta cifra se aproxima a los decesos de 2013, quiere decir que menos de la mitad del uno por ciento hizo algo útil con su cuerpo después de morir.
Por esto es muy, muy imperativo que los escasos órganos donados sean aprovechado al máximo. Eso incluye a la red nacional de trasplantes, la identificación de compatibilidad entre donantes y receptores, legislación específica que permite incluso a los aviones civiles llevar órganos y aterrizar en bases militares en cooperación con la Fuerza Aérea, que más de una vez ha movilizado cazas para transportar órganos.
Pero incluso con todo esto no es suficiente. En el momento en que un órgano se retira del cuerpo empieza a morir. Los pulmones son los más sensibles y afectados. Lugares remotos como Hawái terminan pagando las consecuencias de no poder unirse a la red principal de trasplantes. Afortunadamente, hay una solución en camino.
Una empresa llamada TransMedics desarrolló el Organ Care System, un sistema en el que un órgano a ser trasplantado es conectado a un corazón-pulmón artificial, que circula sangre de verdad con nutrientes por el órgano.
En el caso de los pulmones, un sistema de bombeo simula el movimiento de la respiración, para evitar los daños causados por las paredes del órgano.
Como consecuencia el órgano vive mucho más tiempo, e incluso puede recibir medicamentos y nutrientes para reforzarlo lo suficiente como para un trasplante. ¿Suena a ciencia ficción? Bienvenidos al futuro.

La que se hovesina


Situación incómoda