viernes, 28 de marzo de 2014

Lunes de aguas en Salamanca


El príncipe Don Juan, hijo de los Reyes Católicos,
decide crear en 1.497 una casa conocida como mancebía
debido a la numerosa presencia de mujeres de “vida alegre”
en la ciudad. Ese mismo año el príncipe muere a la edad
de 19 años.



El dictamen oficial afirmaba que su muerte se debía a
un esfuerzo en su amor matrimonial por dejar un heredero,
pero el pueblo comentaba que la causa había sido la
enfermedad contraída en su alterne con ciertas mujeres.
La mancebía, que fue sometida a concurso mediante
pregón, se situó al lado del Colegio de Fonseca y se
establecieron ciertas normas: la profesión no podía ser
ejercida por mujeres casadas, con padres en esta ciudad, ni
mulatas.

Antes del anochecer, las mujeres debían recogerse en
esta casa y permanecer en ella toda la noche. Aquellas que
ejerciesen y salieran por la ciudad debían llevar las
puntillas de sus enaguas de color gris parduzco como
distintivo, de ahí el conocido dicho “ir de picos pardos”.

La multa por no llevar la indumentaria ascendía a 300
maravedíes, y estaba prohibido ejercer en días de fiesta, en
Cuaresma y Vigilia. El “padre putas” era el encargado del
orden del barrio y de que las mujeres pasaran las
revisiones médicas. La función por la que era conocido es
la que ha dado lugar al famoso “lunes de aguas”.

El Miércoles de Cenizas el padre putas reunía a todas
estas mujeres para sacarlas de la ciudad y llevarlas al otro
lado del río, donde pasaban los 40 días de Cuaresma. La
octava de Pascua, 8 días después de la Resurrección, los
estudiantes partían a buscar a las mujeres en barcas, ya que
éstas no podían pasar por el puente romano. Las barcas iban
adornadas con abundantes ramas, por lo que acabó
llamándose “rameras” a las mujeres que albergaban en la
mancebía.



Esa tarde toda la gente de la ciudad se acercaba al
río para cotillear y festejar el alborozo de estudiantes y
mujeres de vida alegre. En este día de campo se merendaba
el hornazo, una empanada a base de harina de trigo rellena
del mejor jamón, chorizo y lomo de la casa, acompañado
de un buen vino. Hoy cada lunes de aguas los salamantinos
salen al campo y algunos se acercan hasta las orillas del
Tormes para festejar este día acompañados del hornazo,
que también sirve acompañamiento habitual en sus
meriendas o celebraciones familiares.

Este año se celebra el  21 de Abril.