domingo, 18 de noviembre de 2012

Tantos payasos...


Adios, Miliki


Nuevo prototipo de Volkswagen

Tener dos hombres a la vez


Etapas de la vida


Reunión con el jefe


Las chicas no cagan

Accidente en el campo de golf


Una pareja estaba jugando al golf en un campo muy distinguido, rodeado de bellísimas mansiones. En el tercer golpe, el marido le dice a la mujer:

-Querida, ten cuidado al pegarle a la pelota, no sea que la mandes a una de esas casas y rompas un vidrio. Va a costar una fortuna repararlo. 


No alcanzó a terminar la frase cuando ella da un golpe y la pelota se va directamente contra la ventana de la mejor casa.

El le reprocha:

Te dije que tuvieras cuidado. ¿Y ahora qué vamos a hacer?

Ya más tranquilo el marido le dice:

Vamos a pedir disculpas y ver cuánto nos va a costar el arreglo.

Van hasta la casa, golpean y desde dentro una voz responde:

Pueden entrar, la puerta está sin llave.

Abren la puerta y ven todo el vidrio disperso por el piso, una botella rota cerca de la mesa y a un hombre con aspecto distinguido sentado en un sillón que les dice:

-¿Ustedes son los que rompieron la ventana?

-Sí... - responde el marido con timidez - y lo sentimos mucho. Queremos pagar el daño.

-De ninguna manera soy yo el que debe de agradecerles. Soy un genio que estuvo preso en esa botella durante miles de años. Ustedes me liberaron. Por eso puedo concederles tres deseos: Le doy uno a cada uno y me guardo el tercero para mí.


¡Que bien dice el marido!, Yo quiero un millón de dólares cada año, durante el resto de mí vida.

No hay problema. Es lo menos que puedo hacer por mí libertador.

Yo quiero una casa en cada país del mundo - agrega ella.

Tú deseo está realizado.

¿Y cual es tú deseo, Genio? - Pregunta intrigado el marido.

Se toma unos segundos y dice el genio:

-Desde que quedé preso en esa botella, hace miles de años, no tuve oportunidad de tener sexo. Mí deseo es acostarme con tu mujer porque siempre soñé hacerlo con la primera mujer que viera.

Bueno querida, nos ganamos un montón de dinero y todas esas casas. No se que piensas tú, pero es una sola vez. Creo que no está pidiendo mucho.

La mujer asiente entusiasmada... - El tipo no está tan mal, pensó -

El genio la lleva a un cuarto y pasa alrededor de tres horas con ella dándole con todo.

Al finalizar, mientras se visten, el genio la mira y le pregunta:

Dime tengo curiosidad: ¿Cuántos años tiene tu marido?

Treinta y cinco - Responde ella.

¿Tan mayor y todavía cree en genios?
 
 
Moraleja:
'Los perros abren los ojos a los 15 días, pero los gilipollas nunca'·
 
 

Estaba cargando el móvil

Afortunadamente, a mi no me pasa


Mi hija cumplía quince años y le organizamos la fiesta en un salón para que invitara a todos sus amigos.


Esa noche, a medida que iban llegando, se acomodaban en el lugar asignado y enseguida abrían sus moviles y se ponían a hablar por medio de mensajes de texto, o a jugar con esos aparatitos maravillosos entre mensaje y mensaje.


Era muy tierno verlos concentrados cada uno en la pantalla de sus sobrios y negros moviles, como especificaba la invitación “elegante sport y moviles negros”. Qué grandes están todos, pensar que los conozco desde que hablaban entre ellos...


Todavía les recuerdo la voz, algunos no me creen que cuando eran chicos hablaban y se miraban a los ojos. Yo no los corregía, claro; “ya van a crecer y van a aprender solos a no hablar”, pensaba.




Cuando llegó el momento del baile, cada uno conectó los auriculares a su movil, eligió la carpeta de canciones que más le gustaba y entró a la pista. Daba la sensación de que todos estaban bailando el mismo tema.


La entrada de mi hija fue apoteósica, exultante de emoción. Sus amigos se desesperaban por ser los primeros en hacerle llegar su texto de felicitaciones, moviendo a toda velocidad sus pulgares. Algunos, los más previsores, ya tenían el mensaje preparado y lo único que debían hacer era apretar “ok”. El teléfono de mi hija no paraba de vibrar y como era imposible leerlos todos, guardó algunos para más tarde.


Me acerqué a ella y sin darme cuenta le dije:


- Feliz cumpleaños, hijita.

Ella me miró horrorizada y se apartó de mí. Preocupado, fui tras ella y le pregunté si le pasaba algo, si había hecho algo que la incomodara. Tomó el movil y me mandó un mensaje de texto:


- M kres avrgnzar frnte a ms amgs? Hcme fvor, pra q stn ls tlfnos?


No tuve más remedio que abrir el mío y mandarle mis felicitaciones


- prdon, fliz cmplños, hjta. T am. Papa.


Fue el cumpleaños perfecto. Cómo pasa el tiempo, qué viejo estoy, pensar que casi le doy un beso.

A veces sucede

Esto sí es fe