domingo, 30 de junio de 2013

Reflexion de una niña de 8 años

Conversación de Paula con el taxista que la acerca al cole acompañada de su mama contada por este señor.

PAULA, 8 AÑOS: ¿Y eso qué es?
YO: Un taxímetro.
P: ¿Y para qué sirve?
Y: Marca lo que tu mamá tendrá que pagarme cuando os deje en el cole.
P: ¿3,45 euros?
Y: No. Eso es lo que marca ahora. Será algo más.
P: ¿Cuánto más?
Y: Aún no lo sé.
P: ¿Por qué no lo sabes?
Y: Porque el taxímetro marca la distancia y, cuando el taxi está parado, también marca el tiempo de espera. Y aún no sé si tendremos que parar en algún semáforo, o cogeremos atasco…
P: Mira, un semáforo en rojo. Para, para.
(Silencio)
P: Ha subido cinco céntimos.
(Silencio)
P: Ha subido diez céntimos.
Y: Sí. Sube cinco céntimos cada diez segundos, más o menos.
P: ¿Y cuánto es eso por segundo?
Y: Un céntimo cada dos segundos.
P: Vaya… ¿La vida vale un céntimo cada dos segundos?
Y: No, eh…
P: ¿Mi vida vale un céntimo cada dos segundos?
Y: No, eh…
P: Mamá… ¿cuántos segundos llevo vividos desde que nací?
MAMÁ DE PAULA: Bufff… muchísimos, Paula.
(Silencio)
P: ¿Cuánto valgo, mamá?
M: Muchísimos millones de euros, cielo.
(Silencio)
P: Pues ahora que papá está sin trabajo, podríamos hacer algo con mis millones, ¿no?

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