viernes, 12 de febrero de 2010

El marido perfecto

Un grupo de hombres estaba en los vestuarios del gimnasio cuando sonó un teléfono móvil. Al cabo de unos segundos uno de ellos, activando el manos libres, contestó:

-¿Diga?

-¿Querido, eres tú? ¡Se oye muy mal!

-¿Hola? ¡Hola! ¿Diga?

-¿Estás en el gimnasio?

-¡Sí!

-Te llamo porque estoy frente al escaparate de una peletería, viendo un abrigo de visón precioso. ¿Puedo comprármelo?

-¿Y cuánto cuesta?

-Unos 3.000 euros.

-¡Bueno! Pero cómprate también un bolso que haga juego, amor mío.

-¡Bueno! ¡Verás...! Resulta que también pasé por un concesionario de automóviles, y pensaba que ya es hora de cambiar el coche, así que entre y pregunté. ¿Y sabes qué? Resulta que tienen un BMW en oferta y es el último que les queda.

-¿Y de cuánto es esa oferta?

-Solo unos 50.000 euros. ¡Y es divino...!

-¡Bueno! Cómpralo, pero que te lo den con todos los extras y, si sale por un poco más, como situación excepcional, no me voy a enfadar.

La mujer, viendo a su marido con tan buena predisposición, decidió arriesgarse:

-Cariño, ¿te acuerdas que te conté que mamá quería venir a vivir con nosotros? ¿Te parece bien que la invite por un mes, a prueba, y el mes que viene lo volvemos a hablar?

-¡Bueno, está bien! Pero no me pidas nada más, ¿eh?

-De acuerdo, cariño. ¡Ay, cuánto te adoro, mi amor!

-¡Yo también te quiero! ¡Un besito, mi amor!

Al colgar el teléfono, el hombre miró al perplejo grupo y preguntó:

-¿Alguien sabe de quién es este móvil?

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