Este pobre presentador no sabía que aquél sería el último programa que presentaría por culpa de su risa. El caso es que estaba entrevistando a un par de invitados y cuando empezó a hablar uno de ellos le entró la risa. El invitado tenía un problema en la voz y el presentador cuando lo oía no podía parar de reír. Seguro que ahora no se ríe tanto.
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