Esto es lo que pasa cuando una mujer sola y guapa va borracha por las calles de Madrid Un vídeo pone de manifiesto la estrecha relación que existe entre el alcohol y el abuso sexual. ¿Qué hubiese ocurrido si la situación se hubiese producido un viernes por la noche? Leer más: Vídeo: Esto es lo que pasa cuando una mujer sola y guapa va borracha por las calles de Madrid.
Son las cinco y media de la tarde en las concurridas calles de Madrid y una mujer joven y atractiva camina sola y perdida, busca a sus amigas. La escena como ven, ya habría propiciado la aparición de "moscones". Pero, ¿qué ocurriría si la mujer además de confusa estuviera borracha? ¿Serían tan caballerosos los españoles o aprovecharían la mínima para llevársela al huerto?
Este es el último experimento social que está arrasando en las redes sociales –ayer ya lo habían visto 30.000 personas–, donde una actriz madrileña representando el papel de ebria nos demuestra cómo algunos hombres son capaces de aprovechar una situación de clara vulnerabilidad para obtener sexo de una mujer.
En un momento de la conversación con un grupo de hombres que le preguntan de dónde es y dónde están sus amigas, ella comenta que está bastante ebria. ¿Cuál creen que será su respuesta? Pues decirle que no ha bebido lo suficiente e invitarla a continuar en un bar, con ellos.
Otro 'aprovechado' le incita a que lo acompañe; casualmente, dice “tengo un cargador de iPhone en mi hotel”. Y aunque la mujer afirma sentirse mal y no poder caminar, él la coge de la mano, le pregunta si está casada e insiste en comprarle una cerveza.
El director del vídeo explica que tuvo que eliminar escenas de “extremo abuso físico“ porque no era necesario llegar tan hondo para entender el mensaje No esperen encontrarse ninguna actuación caballerosa, más bien de camaradería. Como la del chico que propone a su amigo: “Oye, ¿por qué no te la llevas?”, mientras ella se tambalea más pasiva que dispuesta. La enlazan por la cintura, la abrazan… Hasta que en un determinado momento la cosa se pone seria: un hombre se acerca a ella y tras una breve conversación, la arrincona contra un muro e intenta besarle.
La agresión llega a tal punto que un miembro del equipo de grabación debe intervenir para llevársela ante las protestas del otro, "que la vio primero".
Así de agresiva y repugnante, aunque no sorprendente, es la situación que plantea este vídeo de diez minutos creado por la clínica de rehabilitación Centro Europea Neurosalus que, según su director José Miguel Gaona, plantea muchas cuestiones sobre la verdadera magnitud de la vulnerabilidad y el abuso.
Hay quien puede pensar que el vídeo ha sido editado para eliminar a los ciudadanos respetables, o más bien respetuosos, y dar una imagen sesgada del hombre, pero fue más bien al contrario, las únicas escenas que decidieron suprimir incluían momentos de abuso físico extremo, porque “no hay necesidad de mostrar con tanta profundidad”. Ni uno de los personajes que se acercaron a ella lo hizo para ayudarla.
No es la primera vez que un experimento sociológico pone de relevancia la baja catadura moral de algunas personas. El pasado año otra actriz fingiéndose también ebria caminaba tambaleándose por las calles de Hollywood con parecidos resultados.
Dejen que les hagamos una pregunta, la que se hizo Gaona, ¿creen que si lo mismo hubiera ocurrido la noche de un viernes o un sábado alguien la habría ayudado? Porque todo sucedió en pleno día, en una calle transitada y ninguno de esos hombres estaba ebrio. ¿Habrían respondido de la misma forma en un bar de copas o saliendo de él, o habría sido bastante peor? La respuesta la tenemos todos en mente.
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