Desde siempre se ha pensado que las neuronas no se regeneran, un grave error. Las células de nuestro cuerpo se regeneran, al igual que lo hacen algunas neuronas de nuestro cerebro. Cada día mueren neuronas y cada día se regeneran, aunque en menor parte. Al nacer, el cerebro pesa alrededor de 350 gramos y cuando morimos pesa más de un kilo, las neuronas con las que morimos son las mismas con las que nacimos, solo que han aumentado el peso y el tamaño.
La edad en la que se empieza a perder neuronas es a los 20 años, a partir de los que cada día que pasa se pierden 50.000 neuronas. Parece demasiado, pero a ese ritmo, una persona puede perder a lo largo de toda su vida tan solo un 10% de todas las neuronas que contiene el cerebro.
Ir perdiendo neuronas cada día no nos convierte en menos inteligentes, sino que la parte dedicada a la inteligencia que absorbían esas neuronas que ya no están, la acoge las nuevas que se han formado. La muerte de las neuronas es algo normal en nuestro cerebro, sólo una enfermedad como el Parkinson o el Alzheimer contribuirían a que ello se tratase de una anomalía.
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