Este noble caballero
de porte tan elegante
nos ha salido un mangante
y aficionado al dinero;
a unos y otros fue robando
de su renombre abusando.
En su día un braguetazo
pegó y de él ha ido viviendo
(y nosotros manteniendo),
mas le gusta el pelotazo,
pues siempre fue deportista
y ahora es un malabarista.
De su fama ha ido tirando
y de amigos disponiendo
para lograr ir timando
y al mismo tiempo ir haciendo
un capital que derecho
iba a una fundación de hecho.
Mas no era derecho el hecho,
que en cambio era bien torcido
y en su camino, perdido
puesto bajo propio techo,
ahorrándose los impuestos
y mintiendo a los dispuestos.
A todos nos ha robado,
pues que a la Hacienda ha
escondido
el beneficio obtenido
de todo lo que ha timado
con denominación Borbón
y al estilo español, bribón.
Y aquí por lo que es sabido,
el dinero que ha sacado
fuera de España ha quedado,
que es un dinero evadido;
delito que es de villano
en un país soberano.
Mas como aquí soberano
sólo lo son los Borbones
y aquellos que por cojones
nos pusieron tal fulano,
la Audiencia no lo investiga,
que estas cosas no castiga.
Pues que es Borbón el muchacho;
y aunque sea por matrimonio
lleva en sí el mismo demonio
que otro cualquier mamarracho
de esta familia pendona
que son de España matrona.
Mas de tal familia siendo
no ha de ser nunca juzgado
y todo será borrado,
pudiendo así seguir siendo
el mismo ladrón que sido
pues que está bien protegido.
Son cosas de la justicia;
que de España es conocida
esa afición fratricida
del gusto por la impudicia;
al corrupto perdonando
y al juez que es justo juzgando.
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